Trabajando con la intersubjetividad

la “self-disclosure”

Resumen

El autor afirma que el punto de vista intersubjetivo introduce modificaciones radicales en la práctica clínica a medida que el eje se traslada de un psicoanálisis de una única persona al de dos personas en un campo analítico dinámico. Sugiere que este traslado pueda profundizar el entendimiento de los conflictos que están experimentando. Considera que la autenticidad es un valor que se debe reivindicar y es uno de los aspectos centrales de la capacidad terapéutica del psicoanalista. Cita, a través de una ilustración clínica, como ejemplo, la “Self-disclosure”. En el caso clínico, destaca cómo se pueden observar los sentimientos de aniquilación del Self del paciente, referentes a conflictos de su infancia primitiva que surgieron después de la conducta del analista. Pone atención a ciertos mitos encontrados en la comunidad psicoanalítica, los que suelen llevar el analista a creer que su práctica clínica diaria puede fácilmente generar la vergonzosa sensación de que trabaja de forma poco profunda, de que haya sido mal analizado, etc. Piensa que con el terapeuta en formación sucede lo mismo que con el niño pequeño: se atribuyen defectos para preservar los lazos con la “familia psicoanalítica”, la que es imprescindible para su formación profesional y para su inserción en el mundo del trabajo. Afirma que, desde la perspectiva de la intersubjetividad, no existe una única ‘respuesta correcta’ sobre la cuestión de la ‘self-disclosure’ o sobre otras cuestiones que se suelen denominar técnica. Las decisiones específicas sobre la ‘self-disclosure’ y sobre otras cuestiones de la conducta analítica se deben tomar a partir de la valorización de cuánto esta conducta podrá facilitar para que la pareja aprenda con la experiencia y pueda evolucionar emocionalmente. Para finalizar, cree que una observación más atenta puede visualizar una sobreposición ubicua, en todas las teorías psicoanalíticas, entre el modelo intersubjetivo y el modelo clásico, a medida que cada uno de ellos intenta capturar diferentes aspectos del funcionamiento mental en una tensión dialéctica, en la que la frontera entre el dato de la verdad consensual y el constructo subjetivo oscila continuamente, en función de un entendimiento fluctuante del analizando y del analista. Dentro de esta perspectiva, cuestiona si es posible valorizar algún cambio analítico en un paciente, sin que a este cambio le corresponda algún cambio en el analista.